lunes, 14 de marzo de 2011

La felicidad está ahí, aunque a veces no la veas.

Yo nunca he tenido una vida plenamente feliz, pocos amigos, y no sé si verdaderos, de esos que se cuentan con los dedos de las manos, o en mi caso, de una mano y sobran dedos. Mi relación con la familia nunca ha sido demasiado cariñosa, nunca se me ha dado bien ningún deporte, la música, ligar, ni los estudios, siempre he sido un chico "normal", que pasa desapercibido ante la sociedad y no le importa llamar la atención o no. Pero vivir no es llevar una vida discreta y normal, porque la virtud no siempre está en el término medio, en la vida se han de buscar las sensaciones máximas, el sexo, el amor, las drogas, los pedales, pero también tenemos que sentir desgracias y putadas, porque, cuando algo te rompe por dentro, y sientes ese verdadero dolor, es lo que realmente recuerdas de la vida, sea malo o sea bueno.
Los años te cambian mucho, se dice que "maduras" cuando te haces viejo, pero yo, personalmente, nací con mi alma, crecí con mi alma, envejeceré con mi alma y moriré con mi alma. 
Mi interior nunca va a cambiar, mis ideas nunca van a cambiar, mis defectos nunca van a cambiar, mi felicidad sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario